como de la saliva que pastosa
nos baila entre la lengua
como el sabor que todavía pesa y agobia
como la mancha imposible de limpiar de la moqueta
desde el cielo claman paz
pero aquí abajo aún nos apiñamos en trincheras
el águila viste de paloma
y cada racimo en su pico es una bomba de silencio:
manos que tapan la boca a las abuelas
tantas nietas que se tapan los oídos
y cierran los ojos ante el fuego
desde el campo lloran la mula y el burro
desde la sal la vida se retuerce y aunque nace
el daño echa raíces en su vientre
desde el daño nos hemos visto atada la garganta
desde la boca
todas nuestras voces están rotas
"el águila viste de paloma"
ResponderEliminarOjalá se escriba más sobre esto, ojalá se extienda porque es muy necesario, pese a la tristeza y la rabia. Abrazo.
Una voz rota jamás se recupera por completo.
ResponderEliminarSaludos,
J.