"Las personas se miden por la soledad que soportan,
y la mía es mi mayor capital"

lloverían cenizas


Tres bidones de gasolina, una mecha suficientemente larga, una cerilla, y algunos gritos de pánico y agonía más tarde, Sue contemplaba el trabajo bien hecho, su obra maestra, que quedaba ahora enterrada bajo los cimientos en llamas de lo que antes había sido un granero. Y una monstruosa montaña de fuego se erguía ahora en aquel lugar, engullendo el cielo con su manto de humo.

Las botas, bien apretadas contra la piel, descansaban apoyadas en la guantera, con la cómoda postura que Sue había conseguido reclinando uno de los asientos delanteros de aquel destartalado coche. Estaba acostumbrada a esos momentos, a sentir cómo la tranquilidad y el sosiego se inyectaban en sus venas después de haber derramado la sangre enemiga; sangre que ya no era humana, y siquiera Dios sabía si lo había sido alguna vez. Echaba en falta el cigarro que solía empaparle la boca con el asfixiante sabor de la nicotina. Pero aquella tarde ya estaba servida. Además, había decidido dejarlo.

El móvil vibró en el asiento contiguo, marcando un sonido acompasado. Duncan. Otra vez.

    – ¿Qué quieres ahora?
    – Cuando termines el trabajo, acuérdate de pasar por el super, o algo. Estoy famélico. –el tono exagerado de Duncan hizo que Sue pusiera los ojos en blanco.
    – Déjame adivinar: pescado. Toneladas de pescado.
    – Qué graciosa eres, ¿no, zorra? En serio, no tardes, estoy muerto de hambre.
    – Tranquilo, ya me queda poco.

El aparato, tan desgastado como el vehículo, cayó de nuevo en el asiento del copiloto, y Sue arrancó el motor. Entró en el asfalto y se largó del lugar, mientras el fuego se extendía a su espalda y se fundía con un cielo ya anaranjado de por sí; el atardecer se tiñó con motas gris humo.

Nunca sentiría culpa por lo que acababa de hacer; no era más que un trabajo más. No lloraría por las vidas arrancadas de cuajo de aquellas bestias humanas. Con un poco de suerte, el cielo lamentaría la pérdida. Y aquella noche lloverían cenizas.

6 comentarios:

  1. O.O
    "lloverían cenizas" (y While aplaude, se levanta de la silla y le recorre un escalofrío por la espalda)

    genial

    abrazo
    enorme.

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  2. me encanta. creo que me estoy enamorando de tus escritos... *.*

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  3. Espero que no vuelva con Duncan, llamarla zorra conlleva que no se la merece. Sue es demasiado para él, se merece algo más.
    P.D: la forma en que enlazas el texto y el título es mágica. Me ha encantado.
    AJ.-

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    1. No te preocupes, las cosas no son como parecen entre ellos.
      Me alegro de que te haya gustado <3

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  4. Llover cenizas... Realmente bueno, me ha encantado y quiero más^^

    Besos desde el hueco

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